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TERUEL MUDEJAR

Desde épocas muy tempranas, se asentaron diversas civilizaciones prehistóricas e íberas en las inmediaciones de la actual Teruel.

La Torre de San Martín

Está construida por dos torres, una envolviendo a la otra, discurriendo entre ambas las escaleras de acceso al campanario. La torre interior está formada por tres estancias superpuestas, cubiertas por bóveda de crucería. La exterior soporta todo el repertorio decorativo: paños en ladrillo resaltado, lazos formando estrellas de ocho puntas, friso de arcos mixtilíneos y arcos lobulados entrecruzados, bellos apliques cerámicos verdes y blancos, parejas de ventanas ahocinadas en arco de medio punto. Fue construida de 1315 - 1316; en 1549-5l fue objeto de una importante reparación, dirigida por Pierres Vedel, que incorporó el muro de piedra sillar en talud del flanco sudoccidental.

La Torre del Salvador

Tradicionalmente se considera coetánea o literalmente posterior a la Torre de S. Martín, fechas que se ajustan suficientemente a la datación por termo luminiscencia. Las principales diferencias con la de San Martín, son el uso de una bóveda de crucería en el pasaje que discurre bajo la misma y un mayor desarrollo de los paños ornamentales, con ausencia del paño de arcos lobulados entrecruzados. Ha sido objeto de diversas restauraciones, la última de las cuales, acometida en 1993, le ha devuelto una apariencia más próxima a la obra original. La Iglesia es barroca, de finales del Siglo XVII.

La Torre de la Merced

Obra de la segunda mitad del siglo XVI, consta de tres cuerpos; tanto el inferior como el medio son mudéjares, de planta cuadrada y ochavada, respectivamente, mientras que el tercero, de planta octogonal, es fruto de una ampliación barroca.

La Torre de San Pedro

Destaca por la armonía del conjunto mudéjar. El actual edificio fue construido entre 1319 y 1392. Su torre mudéjar posee una estructura similar a la de la Catedral, destacando por su decoración con elementos cerámicos morados, verdes; estos últimos son únicos en el mudéjar de Teruel. Algunos autores la consideran como la más antigua de las torres mudéjares de la ciudad; recientes dataciones por termo luminiscencia (1103-95) podrían apuntar en esa dirección. La Iglesia es de una sola nave, con capillas laterales entre los contrafuertes. Tiene un ábside poligonal con tribuna sobre las capillas; éste se encuentra decorado al exterior con paños de arcos mixtilíneos entrecruzados, frisos de cerámica verde y morada y torreoncitos sobre la tribuna. Su claustro mudéjar recibió una prof unda reforma en 1901, al igual que el interior de la iglesia (1910).

La Fuente Torico

La primitiva fuente que se construyó en este lugar eran unos aljibes y databan de 1375, aunque fueron sustituidas dos veces para que en 1858 se erigiera la actual. Esta fuente tiene una gran columna que está coronada por un toro de reducido tamaño, de ahí que se le denomine Fuente del Torico.

Los Franciscanos

Es uno de los edificios góticos más destacados de la provincia. Su magnífica sillería es un perfecto contrapunto al ladrillo mudéjar, que preside la práctica totalidad de las obras públicas del siglo XIV conservadas en la Ciudad. Iniciada en 1392, consta de cabecera poligonal y de una nave de cinco tramos cubiertos por bóveda de crucería sencilla sobre arcos fajones apuntados. En el exterior destacan las grandes ventanas ojivales con tracería y las dos interesantes portadas. Cerca de la Iglesia de los Franciscanos se alza un palacio de finales del siglo XVI.

El Viaducto

Un espacio a resaltar en este breve comentario de la ciudad, será el llamado Primer Ensanche. Proyectado como una ciudad-jardín, dispuesta en torno a tres ejes, que partían del Viaducto notable obra de ingeniería, realizada en 1929; el primer tramo de esta, ciudad-jardín se inicio en la fuente Torán en 1935, completándose con una serie de viviendas unifamiliares de elevado nivel arquitectónico, con influjos racionalistas. Cerca del primer ensanche se encuentra el parque de los Fueros, presidido por una escultura de Pablo Serrano, homenaje a la mujer labradora. Este es el espacio verde más amplio de la ciudad (unas 5 ha.), muy apto para el paseo; en él podremos encontrar casi 60 especies distintas de árboles desde el autóctono pino negral a cedros del Himalaya. Además de una gran variedad de arbustos y plantas de jardín.

El Acueducto

Iniciado en 1537, es la parte más emblemática de la traída de aguas de la Ciudad. Tal vez sea el principal acueducto renacentista español la obra mas destacada de Pierres Vedel, que emulará a las obras hidráulicas romanas. El manantial del que se toma el agua, la Peña del Macho, está unos 4 Km. de Teruel. En ese trayecto y bajo la ciudad se articuló un complejo dispositivo de canalizaciones, que comprendía más de 140 arquetas y 11 fuentes. Cerca del acueducto se encuentran las Escuelas del Arrabal (actual Archivo Provincial), obra de Pablo Monguió, y la Iglesia de la Merced, con su torre mudéjar del siglo XVI.

Las Torres de la Muralla

Es el elemento más singular del recinto amurallado. Se trata de un sólido bastión de sillería, adosado al desaparecido Alcázar Real. Data de un momento indeterminado entre 1475 y 1525, destacando por su planta estrellada, con un único paralelo a nivel peninsular. Además, las murallas de Teruel aún conservan distintos tipos de torreones, de planta circular, (San Esteban, Cuadrada, Rincón San Miguel, etc.) y poligonal (Torre de la Lombardera), reducida muestra de los cuarenta que defendían la Ciudad. Peor fortuna sufrieron los portales, conservándose únicamente dos (San Miguel y Daroca, respectivamente) de los siete a nueve existentes.

La Catedral

Es un conjunto de gran complejidad, fruto de ocho siglos de existencia. Posee la primera torre campanario mudéjar de la ciudad (1257-58), cuya parte baja está abierta mediante arcos apuntados y bóveda de cañón, siendo atravesada por una calle. Está decorada con arcos de medio punto entrecruzados, frisos de esquinillas con fustes de cerámica, ventanas abocinadas en arco de medio punto, platos y azulejos vidriados en verde y morado, etc. Otra de las obras cumbres del arte mudéjar inserto en la Catedral es su techumbre, realizada en torno al 1300. Es de madera, con armadura de par y nudillo, profusamente decorada con elementos vegetales estilizados, geométricos y epigráficos de tradición islámica y decoración figurada gótica lineal. Esta última sorprende por su riqueza y variedad, habiendo recibido diversas interpretaciones: representación sistemática de todo el saber de la época, representación cósmica, presidida por los meses del año (devenir del tiempo) y las diferentes actividades humanas: temática vincu lada a la literatura romance.
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